17 noviembre 2005

Mercéeeeee

Llevábamos unas dos semanas buscando apartamento, habíamos visto sin exagerar unos veinte, pero estaba un edificio que nos gustaba por tamaño y ubicación, al fin después de mucho averiguar conseguimos ver un apartamento justo ahí. Junto con nosotros y la agente inmobiliaria entraron al ascensor una señora mayor un poco nerviosa puesto que no le gustaban los ascensores y la conserje que llevaba la llave. La pobre mujer temerosa se subió, invocando sin saber la mala suerte, nosotros tranquilos.

Llegando al piso a donde iba de visita la señora ¡pum! ruido raro, súbita parada del ascensor que marcaba efectivamente que habíamos llegado al piso pero las puertas no se abren. Se hace un silencio que rompe la viejita con un lastimero y falto de aire: ¡aayyyy nos trancamos!! Miradas que nos cruzamos el pichurro y yo.
Del lado de afuera se oye un murmullo de voces y en el acto la viejita pega un grito agudo y repetido: -¡Mercéeeee, toy trancáaaaa!- Sonaba muy andaluza, le faltaba más el aire, se angustiaba más. Ahora más claras las voces de afuera, se oye a una mujer decir muy convincente : "esperate fulanita, que ya llamamos a la conserje y ella los saca de ahí". Soltamos una risita por lo bajo, pues la conserje también estaba trancada con nosotros. Pasó un minuto, minuto y medio, la conserje movía llaves y pisaba botones, tratábamos de forzar las puertas.. Nada de arrancar o abrirse el venático ascensor. Vuelven mis ojos a cruzarse con los del pichurro mientras calmábamos a la doña, en eso y sin pensarlo da un salto mi fornido marido. Pensé en esa fracción de segundo “o se arregla esta ñoña o nos desplomamos”.
Nos quedamos quietos y zas se ajusta el ascensor, sube un piso más y se abren las puertas cual ¡ábrete, sésamo! en el apartamento desocupado que íbamos a ver. La viejita, casi desmayada del susto, se apeó junto con nosotros y bajó por la escalera en un semi-sollozo hasta donde la esperaba su amiga. Pobrecita, pero nada nos pareció más gracioso que aquel <¡Mercéeeee, toy trancáaaaa!>

5 comentarios:

Nostalgia dijo...

jajaja
me imagino al pichurro brincando en el ascensor!!
cualquiera se asusta!!

Troka dijo...

Acabo de leer mi texto, parece que los duendes decidieron llevarse algunos trozos (que ya volví a escribir) y que le restaban sentido al cuento.
Ya está completo...I hope.

Carlos dijo...

Aparte de eso......

Que tal el apartamento?

Le cabe una mesa para jugar scrable o blackjacj?

Un gran saludo!

Silmariat, "El Antiguo Hechicero" dijo...

La vida, a veces y sólo cuando ella quiere, nos regala esos momentos para reírnos, sanamente, al recordarlos.

Todo lo mejor para Usted.

Troka dijo...

Carlos...no tomamos ese apartamento, porque el mejor se hizo esperar hasta que lo obtuvimos y es dónde estamos ahorita y sí, le caben mesas de juego.....hasta una de pool, diría yo....jejeje