He estado demorando el volver a postear porque los acontecimientos familiares del último mes y medio me han tenido bastante ocupada y preocupada.
Nuestro viaje muy lindo, pero emocionalmente no pudimos disfrutarlo a cabalidad; estar lejos de la familia mientras atravesaba momentos difíciles nos pegó durísimo, sin embargo tratamos de que las vacaciones fueran para las niñitas lo mas agradable posible.
El pichurro ya tiene casi dos semanas en Caracas entregado al cuidado de su papá, a quien le diagnosticaron un tumor cerebral maligno y el cual rápidamente lo ha ido deteriorando, al punto de necesitar ayuda hasta para bañarse. Ayer por fin empezaron el tratamiento con quimio y radio, pero los malestares generales y la dificultad de movimiento lo hacen casi tirar la toalla. Es muy triste ver a alguien tan amable, vital, desenvuelto y autónomo (me quedo corta con los adjetivos) como nuestro querido Víctor, atravesar tan dificl situación, calladito, sumido en sus reflexiones y su propia tristeza.
Mañana estaré viajando a Caracas con las niñitas a quienes él ha pedido ver y además porque es el cumpleaños de Ita y no hay nada mejor que la compañía de los seres queridos para sentir un poco de consuelo. Esta sensación de no ser útil me mortifica; sabiendo que el pichurro y su mamá como cuidadores también necesitan descanso mental y físico, no poder ayudarlos me fastidia muchísimo.
Víctor, un abrazo....¡te queremos!!!
