Muchas de mis memorias están asociadas a olores, aromas, perfumes, por lo cual siempre he considerado que encajo perfectamente en el grupo de los olfativos. Me gusta oler la ropa, disfrutar el aroma de la comida, el perfume de las habitaciones.
Se me quedó grabado, por ejemplo, el olor a pollo horneado y condimentado que nos cocinó hace tanto años aquella negrita en Barbados, el aroma del Courrèges que bañaba esas tardes veraniegas en la Costa Brava. Recuerdo, cuando en una ida a Mérida nos enchufaron en el carro a la mujer de servicio de mis padrinos (yo tendría unos 3 años) y llegando allá la mujer mareada se fue en vómito, nunca más olvidé esa pestilencia agridulce inmediatamente acompañada por el mío y el de mi hermano.
Cuando estaba chiquitica cogía la almohada de mi papá y tras dar un profundo suspiro decía: "uhm, huele a hogar" y siendo aún una bebé me ponían en la cuna una franela de mi mamá en las noches de intranquilidad.
En la tienda de ropa hippy que tenían mis viejos en los años 70, solían rociar un spray gringo que me revolvía hasta la última tripa y a todo el mundo le encantaba...agghhh.
Evocar esos recuerdos es casi palpar su esencia aromática.
Con mi primer embarazo me antojé de hacer hallacas y tuve que cocinar el guiso tapándome boca y nariz con un pañuelo impregnado en colonia de lavanda porque no soportaba el olor del ajo. En esa misma época el aroma tempranero de arepas asadas me hacía arquear por más de una hora.
Más recientemente creo que guardé en memoria el tufo primaveral de los pasajeros del metro de Madrid, éste último registro olfativo compartido con el pichurro, pobre cómo sufrió con la hedentina., jejeje.
Por lo pronto seguiré deleitándome en las fragancias que me rodean.
Abur.-
Se me quedó grabado, por ejemplo, el olor a pollo horneado y condimentado que nos cocinó hace tanto años aquella negrita en Barbados, el aroma del Courrèges que bañaba esas tardes veraniegas en la Costa Brava. Recuerdo, cuando en una ida a Mérida nos enchufaron en el carro a la mujer de servicio de mis padrinos (yo tendría unos 3 años) y llegando allá la mujer mareada se fue en vómito, nunca más olvidé esa pestilencia agridulce inmediatamente acompañada por el mío y el de mi hermano.
Cuando estaba chiquitica cogía la almohada de mi papá y tras dar un profundo suspiro decía: "uhm, huele a hogar" y siendo aún una bebé me ponían en la cuna una franela de mi mamá en las noches de intranquilidad.
En la tienda de ropa hippy que tenían mis viejos en los años 70, solían rociar un spray gringo que me revolvía hasta la última tripa y a todo el mundo le encantaba...agghhh.
Evocar esos recuerdos es casi palpar su esencia aromática.
Con mi primer embarazo me antojé de hacer hallacas y tuve que cocinar el guiso tapándome boca y nariz con un pañuelo impregnado en colonia de lavanda porque no soportaba el olor del ajo. En esa misma época el aroma tempranero de arepas asadas me hacía arquear por más de una hora.
Más recientemente creo que guardé en memoria el tufo primaveral de los pasajeros del metro de Madrid, éste último registro olfativo compartido con el pichurro, pobre cómo sufrió con la hedentina., jejeje.
Por lo pronto seguiré deleitándome en las fragancias que me rodean.
Abur.-
6 comentarios:
Paseando por vene hoy me consegui con tu blog, me gusto mucho,si efectivamente muchos recuerdos vienen asociado a los olores y muchos de nosotros pasamos por las mismas experiencia que tu pasaste;en referencia a los aromas. Te seguire leyendo muchos saludos y estamos a la orden.
Me dio risa, porque mi hermano acaba de llegar de hacer posgrado en Madrid y me conto que el olor en el metro era inhumano, que el creyo por un momento que era dañino para el cuerpo oler algo asi, y que se pregunto: Que si alguien no se podia morir por culpa de un mal olor, seguro que minimo era dañino para la salud. (del que lo huele)
se me viene a mi el olor despues de la lluvia ese olor a tierra mojada, no se pero siempre me agrado
Hola amiga, en el Día Internacional del Bloggero, que se celebra hoy, vine a compartir contigo un poquito de ese día. Felicidades ...... el otro Capi.
Me hiciste recordar un verano en Paris, en el metro GUACATELA!!!!! como diria la cancion: "en la vida hay 'aromas' que nunca pueden olvidarseeeeeeeeeee"
Hola Troka!... Me encantó este post porque mi memoria olfativa también es muy aguda... Para mí el olor de Venezuela lo asocio inmediatamente con la llegada a la Guaira y el golpe de humedad, calor y olor a mar... Cuando papá y abuela murieron justamente una de mis preocupaciones fue el de perder ese olor a casa... Me trajistes buenos recuerdos. Un abrazo.
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