06 febrero 2006

Tapándome la nariz


Después de casi 6 meses sin servicio fijo, hoy empezó una muchacha nueva, arregladita y bien dispuesta. No ha dicho todavía cuánto aspira ganar así que estamos probando a ver qué tal nos amañamos. Saldo de hoy, mi pequeñina estaba en el cuarto de la muchacha y le metió los dedos al ventilador (nada grave, a Dios gracias), ¿ y dónde estabas tú que no la viste? "en el baño, señora". De mi parte un gesto seguido de un comentario -hay que estar pendiente de las niñitas y que si no se puede en un momento determinado que me avise-, pero sin regaños, yo se como son los chamos, en un segundo algo inventan.
También hay otro inconvenientico, la susodicha usa un perfumito que me marea, de esos que penetran y se quedan como un vaho. Definitivamente está en un punto entre lo intolerable y lo aborrecible, ¡coño, que delicada soy yo de nariz! así que imposible aguantarlo y menos con el biorritmo tan bajo que tengo estos días. Tendré que pensar esta noche como pedirle sin ofenderla que no se lo ponga por lo menos para estar en la casa.
Y hablando de biorritmo bajo, que mal estoy durmiendo, amanezco como apaleada, me paso el día con sueño, no me provoca salir. Empecé a hacer ejercicios la semana pasada pero tuve que suspender y ahora por esta semana mientras enseño a la niña nueva el quehacer de la casa tampoco podré ejercitarme a la hora que me gusta. Es de pinga tener ayuda en la casa, pero ya me había acostumbrado a no tener extraños a ciertas horas.
Bueno, bueno, bueno, a darle una vuelta a la silla para sacudirme el achante.
Abur.-

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