
Nos fuimos al primer turno que resultó estar bastante suave, habria unos 15 chamos en la pista.
Mi amiga me preguntó si yo iba a patinar y por su puesto que me iba a sacar ese clavo, pues con patines de 4 ruedas yo era buena patinadora. Alquilamos los patines y cual no sería mi sorpresa cuando veo a mi amiga toda una master de roller skating y patinando hasta de espaldas!!!
Yo humildemente no quise volverme loca a inventar hasta que me sintiera en confianza, además me tocó remolcar a mis dos brujitas que era la primera vez que patinaban en 4 ruedas. LLegó un momento, con la música ochentosa que estaban poniendo, que me sentí volver al pasado, no me veía como una mamá de casi 40, me sentía una carajita más dejándome llevar por la velocidad y la música, me provocaba saltar los conos de la pista y ponerme a hacer carreras con los chamos, pero siempre controlando la adrenalina no me fuera a caer como aquella vez y terminar la tarde abruptamente.
Total que quedé enfiebrada, se me hicieron cortas esas casi 3 horas, no me queda mas remedio que comprarme unos patines, pero de esos de 4 ruedas, porque con los de línea nunca pude patinar sabroso.