Mis clases de Flamenco

Siempre me ha gustado el baile, de pequeña estudié ballet (que cambié bruscamente por clases de karate junto con mis brothers, qué radical), luego estuve en jazz y ya adolescente volví a repetir con jazz pero no duré más de 2 años en la academia. Ultimamente mis coqueteos con el baile se remitían a las clases de bailoterapia (o rumba como le decían en Bogotá) del gimnasio al cual estuviera asistiendo, por lo general con muy buenos profesores de los que aprendí ritmos nuevos y logrando en esas horas disfrutar plenamente de la música y el movimiento corporal. Bailo lo que me pongan, mentira...no he logrado aprender samba, pero hablando en términos generales me adapto a cualquier son.

Tanto es así que desde hace como 8 meses estoy aprendiendo flamenco, esta inquietud la tenía desde hace mucho tiempo sin decidirme por re o por fa, hasta que di con el sitio perfecto. No me refiero a perfecto exclusivamente porque tengamos una profe muy buena, sino porque además puedo compartir la clase con Isa, las dos estamos al mismo nivel y hacemos los mismos ejercicios, o sea empezamos de cero. Además de nosotras las otras alumnas también son madres e hijas, eso le da una particularidad que no he visto en otras academias donde las niñas van a una hora diferente que las adultas.

Me ha gustado tanto el flamenco, que aproveche mi viaje a España en abril y me pasé una tarde entera en Sevilla buscando mis zapatos de baile especiales, los mantocillos y la falda. Yo creo mucho en la importancia de los atuendos, sea lo que sea que uno vaya a practicar o a estudiar, hay que vestirse acorde, eso ayuda a identificarse más con la actividad.

Total que como la profe considera que ya hemos aprendido alguito (sería justicia porque llevamos 6 meses ensayando), quiso que hicéramos una presentación, una cosa sencilla para nuestros allegados en el mismo espacio donde hacemos las clases. Hemos corrido la fecha ya no recuerdo cuántas veces porque algunas viajan otras no se sienten listas, finalmente ya no hubo más excusas para atrasar la cosa así que este jueves 7 de julio, salgan sapos, salgan ranas, nos presentamos. Los ensayos son una cosa divertidísima, las mamás preguntamos más y nos equivocamos más porque no seguimos las instrucciones al pie de la letra y se nos olvidan las secuencias, pero por otro lado queremos hacerlo más perfectamente entonces no terminamos de relajarnos como las niñitas que están tranquilas así no se sepan el baile a la perfección. Me toca, además de los bailes en grupo, bailar en solo la segunda sevillana y aquí estoy tratando de practicar pero sin taconearle el cerebro a los vecinos de abajo. De verdad lo más cómico de mi ensayo es tratar de no poner cara de aprendiz, que no se me note que voy contando pasos....en fin, ya las coreografías me las sé, espero verme ese día como una verdadera bailaora ...y olé!!

(Imagen: Obra de Fabian Pérez)