Tres días antes solicito la cita con la doctora que me refirieron, por teléfono la secretaria me hace las preguntas de rigor: -¿particular?, -¿primera vez?, -¿tiene historia aquí en la clínica? etc. Luego de informarme el horario de consulta y asignarme la cita para el día convenido le pregunto a qué hora empieza la doctora, responde que a las 9 am, pero los pacientes llegan desde las 8 am., pienso <<Me jodí, a esa hora no llego ni loca...¿tendrá muchos pacientes?>> igual decido que no voy a llegar antes de las 9, total si le va mucha gente y hay que esperar, no pienso ajetrearme para estar una hora antes.
El día de la cita llego a la hora en que supuestamente debe comenzar la consulta, espero "paciente" que la secre sentada en su escritorito se desperece, se queje del frío, busque la historia entre mil carpetas idénticas y desordenadas, atienda dos llamadas y mientras tiene el auricular en la oreja siga afanosa escarbando entre papeles en infructuosa búsqueda.
Secre: ¿Ud. tiene historia aquí? (cara de fastidio mañanero)
Yo: Sí (sin más)(me importa un carajo tu fastidio, yo estoy de buena nota, hasta me traje mi libro para leer)
S: ¿Désde cuándo? (misma cara)
Y: Noviembre. (no me vas a sacar de mi estado ananda)
S: ¿con cuál doctor? (ésta no colabora)
Y: Con la Dra. Fulana.
S: Que raro, la Dra. Fulana solo atiende a niños, si acaso hasta los 20 años(con cara de incredulidad hostil y sarcasmo...vaya usted a saber por qué)
Y: Qué te puedo decir. (ya con algo de ácido y sonrisa, omitiendo adrede que la Dra Fulana es amiga de la familia y por eso sí me atendió aunque yo fuera adulta) Total, explicación que sobra porque ni a ella le interesa ni a mi me sale agregar algo más.
A los 5 minutos me entero que la doctora no llega a las 9, sino de 9:30 a 10, me imagino que será a las 10, no pela, como la mayoría a la que no le causa incomodidad hacer esperar demasiado a sus pacientes.
La sala casi llena, me siento cerca de la puerta para que el aire acondicionado no me congele, cojo mi librito y empiezo concentrada, pero de pronto me doy cuenta que no le estoy parando media bola al texto, estoy con la oreja atenta a lo que dice la secre, a la señora al lado mío, al bebé que llora desconsolado y muerto de hambre mientras su mamá le bate el tetero a la carrera, a la televisión y a los que circulan por el pasillo. Retomo la lectura y ¡puff! se va la luz...y me pregunto qué pasaría con ese paciente que está en el quirófano, <<deben tener planta electrica>> se hace de nuevo la luz entre el murmullo de los que esperan.
Finalmente cuando logré concentrarme para leer , resuena mi nombre en voz de la secre porque ya llegó la doctora, me encamino hacia el consultorio dejando atrás la tele, el teléfono que nadie contesta y el bebé llorón <<¿no le dieron ya su tetero?>>
Abur.-
2 comentarios:
te traigo un cafe
jejeje las secretarias y sus doctores... casualmente escribi un post de ese tema, pasate... quizas te rias un poquito
saludos
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