31 octubre 2007

El huesito


-Mi tía C botó un hueso por la barriga-, me dijo entre incrédulo y divertido mi marido de aquella época. Al oirlo hablar no pude sino sentirme parte de una comedia de absurdos.

-Cómo alguien bota un hueso por la barriga, ¿un hueso propio?- atiné a preguntar.

-Parece que es un hueso de pollo- replicó más pensativo aún. Sin dudas esto había que verlo y con la excusa de visitar a la enferma decidimos cerciorarnos con nuestros propios ojos que aquello no era una invención Garciamarquiana.

La tía C era bajita y obesa, de buen carácter y siempre risueña a pesar de la incomodidad cotidiana para poder desplazarse. Un apetito voraz que día a día iba sumandole kilos a su humanidad había sido la causa del desafortunado suceso.

Aquello que nos trajeron como un tesoro sumergido en alcohol dentro de un frasquito de mayonesa sin etiqueta era efectivamente un huesito de pollo y del ala para ser más precisos. Era increíble pensar que la tía se había tragado como si nada un hueso de unos 6 cm, que además nadie supiera cuándo ocurrió aquello y que no se le hubiera atorado en la garganta. Por esas cosas de la vida el huesito no pasó desapercibido y fue cuando perforando intestinos, peritoneo, musculos y piel, asomó en el centro de un furúnculo que se le había formado a la tía C en plena panza, al lado del ombligo.

Mientras ella estaba tranquilísima nos contaron sus hijos como días atrás, de esa llaguita asomaría algo duro y oscuro y que al examinar con una pinza asombrados vieron brotar la cabecita del dichoso hueso, no hicieron más que jalar y allí tenían el causante de aquella conmoción.

La tía C superó aquel incidente muy bien, pero al cabo de unos meses falleció de complicaciones postoperatorias cuando trataron de corregirle quirúrgicamente una eventración abdominal.

¿Conservarán aún el huesito metido en alcohol?

09 octubre 2007

Nació el 15 de septiembre

Vine al fin después de larga espera
A escribirte tus merecidas
Letricas.
Espero me perdones la demora y
Recibe de tu tía que te adora
Inmesos besos,
Amorosos y bañados de alegría